El primer ministro del Estado fascista de Israel, Benjamín Netanyahu, no tuvo reparos al declarar un claro rechazo a la resolución 2735 del Consejo de Seguridad del 10 de junio, sobre el alto de fuego en Gaza, basada en la “Declaración Biden” que derivaba de una propuesta israelí y como fruto de una campaña de desinformación para culpar a la parte palestina. El 24 de junio, Netanyahu dijo que estaba “preparado solo para concluir un acuerdo parcial que traería el regreso de algunos rehenes”, mientras que estaba comprometido a continuar la guerra después de una pausa para completar su objetivo. No obstante, ha negado repetidamente que la propuesta israelí estipule poner fin a la guerra antes de que Israel logre sus objetivos.
Netanyahu no ve margen para hablar de ningún plan para detener la guerra y define el “marco de la solución” con la condición de que nunca habrá un Estado palestino y de que no hay lugar para la Autoridad Palestina en la Franja de Gaza, en su lugar se formará una administración civil adjunta al nuevo gobierno de ayuda militar; además, no habrá salida del ejército de ocupación hasta que él decida el momento. Las medidas más destacadas tomadas por el gobierno de ocupación fueron la adopción de una ley en la Knesset, con la aprobación de 99 de 120 diputados, rechazando la idea de un Estado palestino. Las declaraciones de Netanyahu sobre el control total de la seguridad en Cisjordania y la Franja de Gaza son un desafío a la legitimidad internacional, y un desprecio por la posición internacional cuando el mundo entero habla de un Estado palestino independiente y busca su reconocimiento.
No es la primera vez que Netanyahu esboza su “visión judaizante moderna” para la Franja de Gaza, especialmente la que completa sin ninguna ambigüedad el proyecto declarado por Smotrich, asegurando que no existe ni un Estado palestino ni una autoridad palestina. Smotrich, en un comunicado distribuido por su oficina el 23 de junio, añadió que está trabajando para «frustrar cualquier posibilidad de establecer un Estado palestino y para consolidar los asentamientos en Cisjordania, que considera una barrera protectora para impedir el control palestino». «Vinimos a colonizar y construir la tierra, a evitar su división y a desarrollar los asentamientos». El gobierno de ocupación ha elaborado una lista de más de 70 nuevos puestos coloniales con el fin de trabajar para proporcionarles servicios básicos y de seguridad, lo que supone imponer un sistema de guetos y cantones destinados a provocar un desmantelamiento sistemático de la geografía palestina, que conduce a la destrucción total de cualquier posibilidad para establecer un Estado palestino.
El 23 de junio en Luxemburgo, en una conferencia tras la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, dijo: «Parece haber una clara voluntad israelí de anexar gradualmente a Cisjordania, y este asunto no conducirá a la paz». Añadió: “No hemos alcanzado un alto el fuego en la Franja de Gaza, a pesar de que han transcurrido tres semanas desde la resolución 2735 del Consejo de Seguridad que cuenta con el apoyo de la comunidad internacional”.
Las políticas israelíes no aportan seguridad ni estabilidad a nadie. La continuación de este enfoque destructivo conducirá a una explosión total. Es necesario trabajar para detener la continua agresión israelí contra el pueblo palestino y construir el Estado independiente de Palestina en las fronteras del 4 de junio de 1967, con Jerusalén Este como su capital, hay que lograr obtener membresía plena en las Naciones Unidas. Una paz justa, integral y duradera sigue siendo una opción estratégica y una necesidad para la paz y la seguridad regional e internacional.
La continuación de los proyectos de asentamiento es condenada y rechazada y no traerá seguridad a nadie. La comunidad internacional ha confirmado, especialmente en la Resolución 2334 de la ONU, que los asentamientos son ilegales, en todas sus formas y en todos los territorios palestinos ocupados, incluida Jerusalén Oriental. Los asentamientos israelíes constituyen una bofetada al mundo entero, que exige el cese de la violencia de los colonos terroristas. La comunidad internacional debe continuar brindando posiciones firmes en el apoyo al pueblo palestino y sus derechos justos y legítimos, de conformidad con el derecho internacional, las resoluciones pertinentes de legitimidad internacional.
(*) Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia