La auditoría, una profesión históricamente dependiente de la revisión manual y el juicio experto, está experimentando una transformación radical gracias a la inteligencia artificial (IA). Esta tecnología emergente está redefiniendo la forma en la que los auditores abordan la detección de fraude, especialmente en el análisis de grandes volúmenes de datos donde los patrones irregulares pueden ser sutiles y difíciles de detectar.
Una de las principales fortalezas de la IA es su capacidad para procesar y analizar grandes conjuntos de datos rápidamente, una tarea casi imposible para un auditor humano. Los algoritmos de aprendizaje automático, una rama de la IA, son entrenados para identificar patrones y anomalías en los datos. Por ejemplo, en una empresa con miles de transacciones diarias, un algoritmo de IA puede destacar transacciones que se desvían de los patrones normales, indicando posibles fraudes.
1. Detección de facturas falsas: en una empresa, la IA puede comparar facturas entrantes con patrones conocidos de facturación y gastos. Cualquier factura que muestre irregularidades, como montos inusualmente altos o detalles de proveedores sospechosos, puede ser marcada para una revisión más detallada.
2. Análisis de comportamiento en transacciones bancarias: los bancos utilizan IA para monitorear el comportamiento de las transacciones. Por ejemplo, si un cliente que normalmente realiza transacciones pequeñas de repente comienza a mover grandes sumas de dinero, la IA lo señala como un comportamiento inusual, lo que podría indicar lavado de dinero o fraude.
3. Evaluación de riesgos de empleados: mediante el análisis de comportamientos y tendencias en la comunicación y actividad de los empleados, la IA puede identificar potenciales riesgos internos. Esto es útil para detectar fraudes internos, como la manipulación de registros financieros.
Las ventajas del uso de IA en auditoría se pueden resumir en tres aspectos. Velocidad y eficiencia: la IA puede analizar datos a una velocidad y escala que supera con creces la capacidad humana. Reducción de errores humanos: al dejar la detección inicial de anomalías a la IA, se reduce el riesgo de que se pasen por alto irregularidades debido al cansancio o error humano. Mejora del enfoque del auditor: con la IA manejando el análisis de datos, los auditores pueden enfocarse en tareas de mayor nivel, como la interpretación de hallazgos y la toma de decisiones estratégicas.
A pesar de sus beneficios, la integración de la IA en la auditoría también presenta desafíos. La dependencia de los datos adecuados y la necesidad de interpretar correctamente los resultados de la IA son cruciales. Además, la formación y adaptación constantes son necesarias para que los auditores utilicen efectivamente estas herramientas.
La IA está revolucionando el campo de la auditoría, particularmente en la detección de fraude.
A medida que esta tecnología avance, es esencial que los auditores se mantengan al tanto de estos desarrollos, adaptándose y aprendiendo a utilizar estas herramientas para mejorar sus habilidades y eficacia en la detección de actividades fraudulentas. La IA no reemplaza el juicio experto de un auditor, sino que lo complementa, permitiendo un enfoque más informado y estratégico en la lucha contra el fraude.
La IA mejora el rendimiento y la productividad, automatizando tareas y aportando sentido a los datos de una manera única.
José Luis Machaca Mamani es experto en Auditoría, Consultoría e Impuestos.