Quien sabe comunicarse tiene poder y quien escucha también. Los estudios nos afirman que en el lapso del día absorbemos un embate de 30 mil mensajes. En una coyuntura electoral los políticos tienen algo que decirnos. Estemos donde estemos, vayamos donde vayamos, observemos donde observemos, miremos donde miremos, escuchemos donde escuchemos, alguien intenta captar nuestra atención.
Aprovechemos el arte de la pregunta y de la duda y cuestionémonos. ¿"Cuantas de esas palabras son significativas? ¿Cuántas marcan una diferencia? ¿Cuántas llegan a los demás”?
¿Los mensajes políticos "apuntan con elegancia a lo intelectual y a lo emotivo”? Por supuesto, tienen logos, ethos y phatos. Todos los discursos políticos en apariencia intentan decir algo y en los hechos pueden decir más de lo que se quiere exteriorizar. "Una campaña electoral es un festín de signos. Según Umberto Eco, un signo es todo aquello que puede usarse para mentir”. "Todo signo tiene un significante y un significado”
¿Qué se quiso decir con que el sol se va esconder y la luna se va escapar? "Del mismo modo que utilizamos la luz ultravioleta para detectar billetes falsos, la semiótica nos ayudaría a encontrar la verdad oculta del mensaje”. El mensaje a boca y jarro no demanda herramientas complejas para ser analizado y si fuera lo contrario dejamos para otra coyuntura. Esto, para no pecar de falsedad.
Los mensajes políticos, dependiendo del contexto, tienen diferentes significados, por lo tanto, diferentes interpretaciones y diferentes finalidades. "Sin embargo cuando el mensajero es un «hombre estudioso y su capital es la seriedad», su garantía aparente y envolvente es la que le ofrece un cierto conocimiento de los temas. Tiene un guión, tiene el instrumento retórico y recurre a diferentes argumentos”. En el caso que nos ocupa utilizo el ad novitatem (regresarán, quitarán todo), el ad antiquitatem (algo parecido al solipsismo, teoría que afirma que sólo existe el yo particular y no hay nada fuera de él y gracias a tenemos) y ad misericordiam, que es recurrir a la piedad (no lo abandones, el sol se esconderá y la luna se escapará).
La tarea es detectar si son señuelos o no, determinar cuál es la interpretación, establecer cuáles son los efectos y cuáles son las consecuencias. ¿Será que muchos ciudadanos no podemos entender palabras abstractas llenas de emociones? ¿Será que muchos de los ciudadanos estamos referidos a sensaciones puramente fisiológicas? ¿Será que muchos ciudadanos no somos capaces de utilizar el intelecto?
"¿Será que están llegando a un juicio por una inducción hecha sobre un dato erróneo? ¿Será que observando ciertas cualidades morales y fenómenos varios del espíritu humano -valor, miedo, bondad, congoja, zozobra, arrepentimiento, etcétera- están en contradicción con su propuesta anticolonialista?”.
¿Se aplica a alguien en particular la afirmación de A. Gómez V.? "La prolongada permanencia en el poder convierte al que un día fue un intelectual respetado en un objeto de burla del pueblo” ¿Se puede construir una analogía con lo que expone el científico J. V. Vallejos? "Colón pidió ayuda a los aborígenes, quienes no quisieron colaborarlo, como Colón ya sabía y conocía a la perfección que en esa época se iba a producir un eclipse, les dijo: "Si ustedes no me apoyan en todo lo que yo les pida, ¡mi dios, que es poderoso, les va quitar el brillo de la luna!”. Se produjo el eclipse y los aborígenes se brindaron para colaborar a Colón.”
¡Ciudadanos reales!, ¿las respuestas?