RIESGOS CARDIOVASCULARES / TABACO
Los fumadores tienen un alto riesgo de padecer ciertas enfermedades derivadas del consumo de tabaco. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al año se producen cuatro millones de muertes provocadas por el tabaco.
En España, según estimaciones realizadas en 1992, el tabaco fue responsable de 6.703 muertes por cardiopatía isquémica y 5.803 por enfermedad cerebrovascular. La bronquitis crónica, el enfisema pulmonar y los distintos tipos de cánceres del tracto respiratorio son, como otras muchas enfermedades, ocasionadas por el consumo del tabaco.
Fumar incrementa, por sí mismo, el riesgo de dañar el sistema cardiovascular y unido a otros factores el peligro es mucho mayor. Las mujeres que fuman y toman anticonceptivos tienen más probabilidad de sufrir un tromboembolismo..
El mecanismo por el que estas enfermedades aparecen o se incrementan es porque la nicotina aumenta la agregabilidad plaquetaria, el colesterol y los triglicéridos en sangre. Esto favorece la aparición de aterosclerosis, con ella las arterias se vuelven menos flexibles y existe la posibilidad de rotura produciéndose una hemorragia.
El monóxido de carbono también aumenta el colesterol en sangre, entre otros perjuicios. Por este motivo, fumar cigarrillos 'light' no disminuye el riesgo de enfermedades, pues el fumador suele inhalar más humo para compensar la dosis menor de nicotina con lo que aumentará el monóxido de carbono aumentando los problemas que él ocasiona. El tabaco también estimula la coagulación sanguínea con el consiguiente riesgo de trombos dentro del torrente sanguíneo.
La nicotina favorece los espasmos coronarios debido a que se estimula la liberación de dos hormonas (la adrenalina y la noradrenalina) que pueden originar una angina de pecho. Con ella se aumenta también la frecuencia cardiaca y la presión sanguínea. Los fumadores suelen sufrir más número de infartos y a una edad más temprana que los no fumadores. La incidencia de la enfermedad coronaria es el triple en ellos. Por otro lado, hay una probabilidad cuatro veces mayor en los consumidores de tabaco de padecer alguna enfermedad periodontal.
Unido a otros factores de riesgo, sus consecuencias se multiplican. Es más difícil el control de la hipertensión cuando la persona fuma. El colesterol LDL o 'malo' aumenta en sangre debido al tabaco, mientras que el HDL o 'bueno' disminuye.
Los enfermos coronarios que siguen fumando tienen mucha probabilidad de recaer en la enfermedad previa o de tener otro tipo de complicaciones como infarto, ictus, insuficiencia cardiaca, etc.