El Baobab es uno de los árboles con tronco más grueso del mundo. Su tallo hueco puede llegar a medir más de 8 metros de diámetro y puede almacenar hasta 120.000 litros de agua. Su tamaño es tan impresionante que algunos baobabs se utilizan como casas, almacenamiento de granos o refugios para animales, pero lamentablemente la especie se encuentra en peligro de extinción
Este árbol se divide en ocho especies diferentes, seis de ellas originarias de Madagascar, en África, una de Oriente Medio y otra que apareció en Australia. Todas las especies, sin embargo, existen en otros países, incluido Brasil.
Recife es una de las ciudades brasileñas con más ejemplares de este árbol. Aparecen en las calles y traspatios y son cultivadas en la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE), donde son objeto de estudio.
Algunos biólogos también consideran que los baobabs son los árboles más antiguos de la Tierra. Se estima que pueden alcanzar hasta dos mil años de existencia, calculados por su diámetro. Su nombre científico es Adansônia Digitata, pero también son conocidas como baobabs, baobabs o calabaceiras.
El árbol es realmente poderoso: alberga en sus enormes troncos a cientos de animales, pájaros e insectos. Sus flores miden 20 cm y florecen solo una noche, pero tienen néctar y frutos que sirven de alimento a las tribus y animales en tiempos de escasez, además de tener evidencias de su uso para curar la malaria.
De la savia de este árbol se extrae un aceite especial; de su tronco, los nativos de Madagascar construyen piraguas (una especie de canoa larga); y su corcho tiene un compuesto medicinal para combatir la epilepsia. No es de extrañar, en África, los baobabs representan la vida: son símbolos de fertilidad, abundancia y curación.