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Fin de año en...
SEÚL.- Con viento helado de Siberia que hace descender las temperaturas hasta 10 grados bajo cero, Seúl, metrópoli de 10 millones de habitantes, se cubre de nieve en Navidad y fantásticos castillos de luces multicolores iluminan el centro de la ciudad, justo enfrente del Ayuntamiento.
No muy lejos de allí, se encuentra la legendaria catedral de Myongdong, de estilo gótico moderno, que en la década de los 80 se convirtió en un centro de lucha contra la dictadura militar de Choon Doo Hwan, quien cayó tras un multitudinario levantamiento popular que acabó con casi 20 años de dictadura castrense.
En junio de 1987, un encolerizado huracán de trabajadores, disidentes, estudiantes y religiosos partió de Myongdong y de las avenidas adyacentes y llegó hasta la Casa Azul, desde donde el general gobernante huyó en helicóptero a un templo budista, se afeitó la cabeza y a los pocos meses después dijo, llorando para que le perdonasen la vida, que había alcanzado la Iluminación leyendo los 'sutras' sagrados. Ese fue el principio de la democracia en Corea.
En Myongyong se celebra ahora, como en muchas iglesias del país (el 45% de los 50 millones de habitantes son cristianos-protestantes y un 43% budistas) obras teatrales religiosas. Seúl de día es otra ciudad asiática más, pero de noche las miles de cruces rojas de neón que sobresalen de las torres de las iglesias, te hacen pensar que estás en el monte del Calvario.
La última década ha mandado en Corea un Gobierno progresista, con Kim Dae Jung y el actual presidente, Roh Moon Hyon. En ese tiempo se ha conseguido un acercamiento sin precedentes hacia Corea Norte, el país más hermético de la Tierra.
En octubre se produjo una reunión cumbre entre Roh Moon Hyon y el líder norcoreano Kim Jong Il. El resultado: Pyongyang se comprometía a inhabilitar su programa nuclear y a poner en marcha un tren transcoreano, que realizó su primer travesía el pasado 11 de diciembre, reanudando una línea suspendida desde hacía 56 años.
Pero ese proyecto es mucho más amplio, pues se quiere conectar esa vía con las que cubren el transchina y el transiberiano y enlazar con la red europea. La idea es llegar por tren hasta Madrid y Lisboa, algo que era imposible soñar hasta ahora, ya que Seúl está aislada por tierra del resto del mundo por el muro norcoreano.
Esta 'década prodigiosa' terminó con las elecciones presidenciales del 19 de diciembre, que dieron la victoria a un liberal, Lee Myung Bak, que lo único que ha prometido es prosperidad económica. Es un hombre que tiene el llamado 'síndrome del Rey Midas'. Dicen que todo lo que toca lo convierte en oro.
Las hojas de calendarios y agendas, arrojadas por puertas y ventanas, cubrirán las principales calles del centro empresarial y ejecutivo de Lima, en un ritual con el que los peruanos le dirán adiós a 2007. Pero lejos de la capital, la tristeza se refleja en la región de Ica. Aquí sus habitantes tienen sobradas razones para querer cerrar un año de dolorosa tragedia. Los escombros de casas y edificios, las calles cuarteadas y los vestigios de la desaparecida iglesia aún recuerdan el terremoto de 7,9 grados Richter que la tarde del 15 agosto de 2007 dejó alrededor de 500 muertos y más de mil heridos. El seísmo afectó sobre todo a las poblaciones de Pisco, Ica, Cañete y Chincha.
En Perú, sus 28 millones de habitantes se preparan para la Nochevieja con decenas de rituales 'importados', como comer 12 uvas a media noche para favorecer la abundancia; tener un billete en la mano para atraer el dinero; vestir ropa interior amarilla para la riqueza o roja para el amor, o salir con una maleta para viajar en el año venidero. Costumbres que parecen ser efectivas en este próspero país andino del sur latinoamericano que, durante los últimos siete años, registra un crecimiento económico sostenido y que en 2007 terminará con un índice del 9%, uno de los más altos de la región.
Un balance realizado para elmundo.es por el diplomático Augusto Thornberry concluye que ha sido un año positivo, "de los mejores" para la economía peruana que, según considera, se selló el pasado 14 de diciembre con la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. Según Thornberry, "el país en 2007 sentó las bases para el desarrollo de una próspera sociedad" y aunque dice que "es difícil prever los efectos más próximos, una visión optimista es la del incremento de las exportaciones hacia Norteamérica, generado por nuevas inversiones".
Con estos resultados y proyecciones, las fiestas que se preparan para el abrazo de fin de año en clubes, hoteles, restaurantes y discotecas de las principales urbes, serán un derroche de música, baile, juegos pirotécnicos y comida. Muchos optarán por celebrarlo en la playa y para eso el próspero escenario de los 120 kilómetros de la Playa Sur del Pacífico, que hace vecindad con Lima, la capital peruana, son los ideales.
El contraste está más al sur, en la sierra peruana, donde se preparan los monigotes que serán azotados y quemados a media noche como símbolo de castigo por lo malo que se vivió este año. En la ciudad limeña también habrá monigotes, En su mayoría personalizarán al ex presidente Alberto Fujimori, que tendrá que hacer frente a las acusaciones de violación de los derechos humanos y malversación de fondos públicos que lo tienen bajo prisión desde el mes de septiembre, cuando fue extraditado desde Chile.
Las festividades indígenas en Ayacucho, en Cuzco, en Arequipa, tendrán mucho folclor, y se prolongarán el día de Reyes, celebración que concentra mucha algarabía, disfraces coloridos, música, rituales y abundante comida típica.
En la región de Ayacucho la celebración será un poco más austera. Los brotes de grupos armados irregulares, hasta ahora identificados como narcoguerrilla, han vuelto a preocupar al Gobierno y a la amplia población indígena de Perú.
Cuando el mundo celebre la llegada del nuevo año, en Birmania apenas habrá festejos por dos razones. La primera es que 2007 ha sido especialmente difícil para un pueblo sometido a décadas de dictadura, con la masacre por parte del Ejército de decenas de personas que pedían democracia el pasado mes de septiembre en la revolución del azafrán. La segunda, porque los birmanos, de todas formas, no celebran la llegada del nuevo año hasta cuatro meses después, siguiendo la tradición del calendario budista.
El primer mes del año es 'tagu' (abril) y los birmanos celebran su llegada con un festival en el que durante tres días las batallas del agua toman las calles y todo el mundo tiene derecho a empapar al prójimo, sin importar si es amigo o enemigo, conocido o desconocido, viejo, niño, mujer u hombre. Es la manera de limpiar el cuerpo y el alma de los malos espíritus del año que queda atrás. Y es en años como éste, cuando los malos espíritus han estado más activos, cuando el festival cobra un significado especial.
Las marchas de los monjes budistas comenzaron en agosto y se extendieron más allá de septiembre, cuando decenas de miles recorrieron las calles de las principales ciudades para decir basta a un régimen militar que oprime a su gente de forma salvaje. La respuesta era de esperar: los soldados dispararon a matar y sembraron las calles con los cadáveres de ciudadanos desarmados. Lo habían hecho en 1988 con los estudiantes y lo repitieron esta vez cuando vieron su monopolio del poder en peligro.
Ni la presión internacional ni la amenaza de sanciones han logrado desde entonces hacer rectificar a los dictadores de Rangún, que mantienen bajo arresto a la líder de la oposición y heroína local Aung San Suu Kyi y han llevado a cabo una caza de brujas en la que miles de personas han sido enviadas a la cárcel. Para los birmanos, el año comenzará con la pregunta con la que empezaron los últimos: ¿Será éste el año de la libertad?
Los birmanos creen que la llegada del nuevo año viene acompañada de la bajada de los cielos de uno de sus reyes ancestrales, encargado de comprobar la moral de los humanos y su comportamiento durante los últimos 12 meses. Cuando descienda el próximo mes de abril, el monarca celestial comprobará que uno de los países más bellos del mundo sigue en manos de uno de los más terribles regímenes y que su gente, como cada año, rezará a Buda para que en el próximo festival del agua no haya malos espíritus que limpiar.
BAGDAD.- Mahmud recuerda con añoranza cuando Irak se dejaba contagiar de los preparativos de su minoría cristiana y celebraba el Fin de Año según el calendario gregoriano, emulando a las capitales europeas. "Allá por los 70 y 80 nos dejábamos invitar por nuestros vecinos cristianos para celebrar Nochebuena y Navidad. Muchos incluso decorábamos una palmera como si fuera un abeto. El día 31, el canal estatal solía emitir una fiesta durante toda la noche, y aquéllos que tomaban alcohol bebían hasta la hora de dormir". A Mahmud se le empañan los ojos por un instante. "Ya no tenemos nada que celebrar", dice sacudiendo la cabeza. No porque este suní de Bagdad sea musulmán y según el calendario islámico el 31 de diciembre no represente nada, sino porque Irak no está para fiestas.
El año 2007 ha traído una calma relativa y temible al país árabe. Desde que Estados Unidos cambiase de estrategia militar la pasada primavera, los ataques suicidas y los combates entre fuerzas irregulares, hace dos años pavorosos, se han reducido en un 60 %, según los datos de Washington. La clave de este aparente éxito se explica por tres factores: la alianza con las milicias suníes que hasta entonces combatían contra EEUU con la excusa del 'enemigo común' (Al Qaeda), el despliegue de miles de hombres en la capital para garantizar cierta calma entre facciones y la operación militar contra su principal enemigo chií, el Ejército del Mahdi, que derivó en un alto el fuego de seis meses por parte de su líder, el clérigo Muqtada al Sadr.
El problema es que pocos se creen que la calma vaya a durar mucho. La capital iraquí disfruta la tregua con el temor a que una nueva explosión de violencia inminente consume la guerra sectaria iniciada en 2005. El escepticismo de sus habitantes explica que apenas se haya festejado el Eid al Adha (la fiesta del sacrificio, de importancia similar a la Navidad para los musulmanes). Lo cierto es que en Mesopotamia hace cinco años que se acabaron las celebraciones con la excepción de las demostraciones de fervor chií, más en boga que nunca desde que los líderes religiosos de esta confesión islámica están en el Gobierno.
La violencia de la ocupación angloestadounidense, la guerra sectaria y los coches bomba entierran a sus habitantes en vida, obligándoles a estar entre las cuatro paredes de sus viviendas por temor a ser alcanzados por el penúltimo ataque o ser víctimas de un secuestro criminal como tantos miles en Bagdad. Las fiestas de Nochevieja que se celebraban hace dos décadas, a menudo en discotecas y hoteles, y en las que no faltaba el alcohol, sólo reposan en la memoria de unos pocos.
Los festejos duraron hasta los 90, cuando un Sadam Husein deseoso de congraciarse con el mundo árabe tras el fiasco de la invasión de Kuwait lanzó una campaña de 'islamización' en el país laico que incluyó duras restricciones en la venta de alcohol. Eso no impidió que se pudiera adquirir licores en el mercado negro y que muchos, sobre todo los cristianos, siguieran año tras año con sus celebraciones.
Ahora la minoría cristiana, más perseguida por los fanáticos religiosos que nunca, se prepara para continuar con la tradición sin invitados, casi en secreto, porque en Bagdad existe la sensación de que nadie tiene derecho a ser feliz ni aunque sea por un instante.
Si alguien quiere celebrar el Fin de Año en Irán, tendrá que acudir a una fiesta privada. En los barrios residenciales ricos de Teherán se organizan fiestas al estilo occidental, donde los jóvenes dan rienda suelta a sus ganas de vivir, las chicas pueden escapar al estricto código de vestimenta islámica para lucir ajustados vaqueros y escotados vestidos y donde incluso es posible encontrar alcohol comprado en el mercado negro y escuchar música en inglés. Eso sí, lo mejor es no llamar mucho la atención, no sea que los 'basiji', la milicia islámica que vela por que la virtud de los iraníes permanezca intacta, irrumpan en la fiesta en sus habituales redadas. Incluso la celebración tiene un sabor a prohibido, porque el Año Nuevo iraní, el Newroz, oficialmente tiene lugar coincidiendo con la entrada de la primavera, el 21 de marzo, y nada tiene que ver con el Año Nuevo que celebramos en Occidente, que sigue el calendario cristiano.
Sedientos de libertad, los iraníes aprovechan cada oportunidad que se les presenta para transgredir las estrictas normas impuestas por los ayatolás, que controlan el poder desde 1979. Unos desafían a la censura desde Internet, escribiendo sus propios blogs (hay más de un millón de blogueros en Irán), otros ejercen la libertad de expresión con su manera de vestir o su corte de pelo, escuchando música o bailando.ç
La oposición no sólo es política, sino que se demuestra con actos de la vida cotidiana. En Teherán, llevar los labios pintados de rojo o dejar que un mechón de pelo sobresalga del negro chador son actos revolucionarios que pueden acarrear la detención a manos de la policía antivicio. La rebelión de los jóvenes iraníes contra los ayatolás se bautizó como 'la revolución del pintalabios'. La lideran las mujeres y su máxima expresión se alcanza en Internet, donde las 'ciberfeministas' tienen su propio territorio, 'blogistán'.
Allí han construido su fortaleza virtual un grupo de mujeres activistas que exige el cambio de las leyes discriminatorias. Quieren que se acabe con el régimen legislativo que considera a la mujer inferior al hombre y que, por tanto, institucionaliza la discriminación. "Nuestras manos están vacías, nuestras casas están hechas de cristal. Tenemos un nudo en la garganta y no tenemos tiempo para llorar", escribe Nafiseh Azad en la página web de la campaña (www.we-change.org) en recuerdo de sus compañeras arrestadas por exigir sus derechos.
La iniciativa nació tras la llegada al poder del actual presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, en junio de 2005. El ultraconservador Ahmadineyad ha doblado las restricciones a las mujeres iraníes, imponiendo códigos de vestimenta más estrictos y promoviendo redadas masivas contra las mujeres que no lo cumplan. Desde el pasado verano, cientos de mujeres han sido detenidas por llevar maquillaje en exceso, mostrar el cabello o lucir coloridos pañuelos en la cabeza en lugar del tradicional chador negro.
Cuando den la medianoche del 1 de enero en Irán, los habitantes de este país dejarán atrás un año repleto de tensiones externas y dificultades que marcarán también 2008. En lo político, el dossier sobre el programa nuclear iraní ha enfrentado a Teherán con Estados Unidos, hasta el punto de que la Administración Bush no ha descartado una intervención armada contra la República Islámica. Según el último informe del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), Irán ha logrado poner en marcha 3.000 centrifugadoras, aunque aún está lejos de conseguir la tecnología que le permita construir una bomba atómica. Teherán insiste en que su programa nuclear tiene fines estrictamente civiles y que sólo pretende atender las necesidades energéticas del país.
Mientras, la situación interna es muy tensa. Ahmadineyad se enfrenta a una creciente oposición, mientras que el nivel de vida de la población es misérrimo. El desempleo afecta al 30% de los iraníes. Muchos graduados que acaban su carrera no tienen acceso a un trabajo en un mercado laboral deprimido. El 70% de los 70 millones de iraníes tiene menos de 30 años y se encuentra sin expectativas. El dinero del petróleo no repercute en el bien de la sociedad, e incluso la gasolina está racionada en uno de los países exportadores de crudo más importantes del mundo. La inflación ronda el 18%, en lo que ya ha sido definido por Abbas Abdi —investigador crítico con el régimen— como la peor crisis económica que vive el país desde los años 70. Así pues, los iraníes tienen poco que celebrar en Año Nuevo... aunque para ellos no llegue hasta la próxima primavera.
Pakistán no celebrará el Año Nuevo hasta final de marzo (según el calendario islámico), pero durante estos días ha conmemorado la festividad del cordero, una de las fechas más señaladas para los musulmanes, en la que las familias también se reúnen, abundan la comida y los dulces, y durante días no hay que ir a trabajar. La festividad, sin embargo, se vio bañada de nuevo por la sangre: la ex primera ministra Benazir Bhutto fue asesinada el 27 de diciembre en la ciudad de Rawalpindi. El magnicidio puso a Pakistán al borde del caos.
La muerte de Bhutto en un atentado cerró un año marcado por la violencia política. La crisis empezó en marzo cuando el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, suspendió de su cargo al presidente del Tribunal Supremo, Iftikhar Chaudhry, miembro de una de las familias más ricas y poderosas del país, que pretende escalar puestos de poder bajo la bandera de la democracia y la libertad.
No fue el único: en 2007 los ex primeros ministros Nawaz Sharif y la fallecida Benazir Bhutto también aterrizaron en el país aprovechando el fin de mandato de Musharraf como presidente (cargo que consiguió revalidar en unas cuestionables elecciones en noviembre), la inminente celebración de comicios parlamentarios —previstos para el 8 de enero-, y la cada vez mayor desestabilización del país, que se resquebraja claramente por el noroeste, en la frontera con Afganistán. Los líderes tribales pastunes pusieron fin a su tregua en la zona y el Ejército norteamericano se mostró dispuesto a bombardear con total impunidad una franja territorial donde los soldados del Ejército paquistaní ya están cansados de sufrir bajas y empiezan a desertar.
La convulsión, sin embargo, afecta ya a todo el país, incluido al mismísimo Musharraf, que en 2007 volvió a ser blanco de un atentado —lanzaron misiles contra su avión—, en el que resultó ileso. Además del asesinato de la ex primera ministra, los episodios más sangrientos fueron, sin duda, el asalto a la Mezquita Roja en julio en Islamabad, con más de 100 personas muertas, y el espectacular ataque contra Bhutto en Karachi, en el que los fallecidos llegaron a los 150 y que supuso un trágico preludio al atentado que acabó con su vida.
En este contexto, sin embargo, la violencia y el bienestar de la población civil parece que es lo que cuenta menos. Los líderes que ocupan la palestra política —Musharraf, Sharif y Chaudhry— están más ensimismados en cómo ganar parcelas de poder —y en eso no importa tener que vapulear la Constitución o declarar un estado de excepción como también ha ocurrido este año— que en pensar en un futuro real para un país que es un punto caliente mundial por su peligroso arsenal nuclear y sus santuarios terroristas.
Grafiti del artista británico Banksy, visible en un muro de la ciudad de Belén. (Foto: AP)
BELÉN.- La imagen queda ya muy lejos. Una multitud que abarrotaba la plaza central de Belén a la espera de que concluyera el año 2000 entre cánticos, bailes y rezos, en una fiesta mayúscula que concluyó con la suelta de miles de palomas frente a la iglesia de la Natividad. Muy pocos de los asistentes sabían entonces que además de despedir el milenio estaban recibiendo también años de penuria y turbulencia que han dejado reducidos estos festejos a simples celebraciones privadas en domicilios y contados hoteles de ciudades cisjordanas como Ramala, Belén o Jericó.
La recuperación parcial que ya se advirtió este año en Belén en Nochebuena y Navidad se debía mantener para Fin de Año a tenor del "completo" que exhibía para esa fecha el principal hotel local, el Intercontinental, que en el año 2006 sólo consiguió ocupar 10 de las 250 habitaciones del edificio.
Coincidiendo con las Navidades y el Fin de Año, las tropas israelíes de ocupación organizan un monumental despliegue publicitario centrado en esta urbe, que incluye el reparto de caramelos, carteles felicitando las fiestas cristianas o autobuses especiales para facilitar el acceso a la villa palestina. Una gesticulación que se convirtió casi en broma macabra cuando uno descubría el año pasado la enorme pancarta que rezaba "Que la paz sea con vosotros", colgando del ingente muro que ha establecido lo que los propios palestinos llaman "el gueto de Belén".
"No queremos arruinar la industria turística y queremos dar a los palestinos la oportunidad de celebrar la temporada festiva", declaró recientemente un portavoz de los uniformados a 'The Jerusalem Post'. Un ejercicio de propaganda que choca con el hecho de que la "industria turística" y por ende la economía de Belén está "arruinada" desde hace años a causa del cerco erigido por los israelíes, una realidad que refleja el 45% de desempleo que se registra en la villa.
En Gaza, los 'irreductibles' que han soportado las reiteradas ofensivas israelíes solían abanderar celebraciones privadas en enclaves como el hotel Al Deira o el bar de Naciones Unidas. Este último fue destruido por una explosión y Al Deira dejó de servir alcohol hace más de tres años ante el ascenso del radicalismo que se ha registrado en ese territorio.
El asesinato en octubre del único librero cristiano que vivía en la franja, Rami Ayyad, ha certificado la casi total inexistencia de divertimentos previstos para este lúgubre fin de año que de hecho está asistiendo en las últimas jornadas a un éxodo acelerado de la minoría de esta confesión aprovechando que Israel ha otorgado más de 400 'permisos navideños' para salir de Gaza.
Tan sólo en Nablus —al socaire de una campaña de seguridad apadrinada por las fuerzas leales al presidente palestino, Abu Mazen—, parece que los 700 cristianos que todavía viven en esa población han resucitado en parte el espíritu festivo, adornando por primera vez en años sus iglesias y edificios con luces y figuras de Papá Noel. "Queremos mostrar que existimos, que seguimos aquí y que podemos mostrarnos de nuevo", explicó el residente local Fadwa Khoury.
MOSCÚ.- "Las fiestas son demasiado largas", asegura Vladimir, empleado en una fábrica moscovita que se gana la vida en sus ratos libres como taxista privado. Algunos pensarán que los rusos siempre tienen algo de qué quejarse, pero es que existen pocos lugares en el mundo donde el Gobierno declare no laborables 10 días durante las fiestas navideñas. Este año las fiestas comienzan el 30 de diciembre y concluyen el 8 de enero. Según el calendario ortodoxo, la Navidad se celebra el 7 de enero.
Desde 2004 los rusos no saben dónde meterse en Navidades. Sólo un 3% tiene dinero para viajar al extranjero. La tradición reza que estas fiestas deben celebrarse en familia. Así que no hay escapatoria. A eso se añade el problema de la vivienda, que se acentúa durante estos días. Hasta seis u ocho personas pueden juntarse en apartamentos de 30 o 40 metros cuadrados. La convivencia es complicada.
Según estadísticas oficiales, uno de cada cinco matrimonios se rompe debido a estos 10 días de vacaciones. ¿La causa? El alcoholismo. Sin tener dónde ir, el vodka se convierte en el mejor amigo del ruso. Los casos de violencia doméstica se multiplican. Sólo los jóvenes consiguen disfrutar de las fiestas navideñas desafiando las bajas temperaturas practicando deportes de invierno y bebiendo en bares y portales durante la noche.
Este año se presenta un problema añadido. Los precios. Productos básicos como el pan y la leche cuestan hasta dos veces más que hace sólo unos meses. Los pensionistas son las principales víctimas de la inflación. El índice de suicidios también se dispara por estas fechas.
Con todo, según el Kremlin, Rusia tiene mucho que celebrar. El presidente, Vladimir Putin, abandonará el poder en marzo del próximo año, pero ha aceptado asumir el puesto de primer ministro. De esta forma, los rusos tienen garantizado el bienestar, más aún si los precios del petróleo siguen por las nubes. Entre otras promesas, Putin ha asegurado que equiparará las pensiones al índice de inflación. Además, con Putin al mando de las operaciones, Rusia proseguirá su escalada en la arena internacional. El objetivo es recuperar posiciones como potencia militar y convertirse en una de las cinco primeras economías del planeta en 2020.
Según la prensa oficialista, hacía muchos años que Rusia no era respetada como ahora. Desde el famoso discurso de Putin en Berlín, en el que se 'quitó la máscara' y arremetió contra la política hegemónica de Estados Unidos, todos los analistas hablan del retorno a la Guerra Fría o Paz Fría, como prefieren llamarla otros.
Rusia abandonó un tratado militar considerado la piedra angular de la seguridad en el continente europeo (FACE) y reanudó los vuelos estratégicos en zonas patrulladas por la OTAN. Además, se negó a extraditar al principal sospechoso del asesinato del ex agente Alexander Litvinenko y utilizó el gas como arma disuasoria contra otros países. Por todo ello, el respeto se ha transformado más bien en desconfianza, ya que el oso ruso es "impredecible".
El año 2007 será recordado especialmente por el deceso de dos figuras fundamentales en la Historia de la Rusia moderna: el primer presidente democráticamente elegido de Rusia, Boris Yeltsin, que devolvió la añorada libertad a sus compatriotas, y el violonchelista Mstislav Rostropovich, uno de los músicos más carismáticos de las últimas décadas, que se ganó la admiración del mundo cuando ofreció un concierto gratuito frente al Muro de Berlín en octubre de 1989, mientras los alemanes de ambos lados cruzaban la infame muralla. Ambos fueron enterrados en el cementerio Novodievichie de Moscú, donde se encuentran los restos de personajes célebres en la Historia de Rusia como el dirigente soviético Nikita Jruschov o los escritores Gogol, Chejov y Bulgakov.
CARACAS.- Como cada Fin de Año, en la mayoría de las mesas venezolanas no faltarán hallacas (un pasta rellena hecha con harina), pernil (cerdo), pan de jamón o ensalada de gallina. Muchos de los habitantes de este país vestirán prendas de color amarillo (el de la buena suerte), y para asegurarse un año lleno de viajes, saldrán por la puerta de su casa con pequeñas maletas vacías. Sin embargo, a las celebraciones no podrán acudir los 'presos políticos' confinados en las cárceles del país.
Según datos de la ONG venezolana Provea, existen 400 personas perseguidas por causas políticas en Venezuela, incluyendo detenidos, solicitados por la Justicia y exiliados. Muchos de los encarcelados sobreviven en sus celdas a irregularidades procesales, según datos de Human Right Watch (HRW), a la espera de una sentencia que defina su futuro. Otros, como el ex dirigente sindical Carlos Ortega (asilado en Perú) o el ex gobernador Eduardo Lapi, protagonizaron sonadas fugas con la ayuda de antiguos compañeros políticos y oficiales militares.
Chávez califica de "mentiras" este término empleado por la oposición. "En Venezuela no existen presos políticos. Lo que hay son políticos presos, que es bien distinto... ¿Es que acaso no merecen estar presos?", argumenta. El 'mesías bolivariano' recuerda las "tropelías" realizadas entonces por muchos militares y políticos durante sus primeros años en el poder: el fallido golpe de Estado contra él en 2002, el paro petrolero de ese mismo año —que causó pérdidas estimadas en 20.000 millones de dólares— o el pronunciamiento de los militares en 2004.
En diciembre de 2007, Chávez perdió por primera vez desde 1998 unas elecciones, cuando su reforma socialista a la Constitución fue rechazada en referéndum por el 50,7% del país. Su respaldo popular se derrumbó a 4,3 millones de votos.
Reelegido como presidente con 7,2 millones de sufragios justo un año antes, un Chávez victorioso juraba su mandato para el periodo 2007-2013 con la consigna cubana "¡Patria, socialismo o muerte!". Durante el acto de investidura, el líder bolivariano prometió la construcción del socialismo mediante una profunda reforma de la Carta Magna, que incluía la reelección presidencial continua cada siete años.
A principios de año, el Congreso venezolano le otorgó por unanimidad "poderes especiales" (Ley Habilitante) para legislar por decreto hasta mediados de 2008. Gracias a esta ley, Chávez inició un ambicioso plan de nacionalizaciones, con la compra de la mayor empresa de telecomunicaciones (CANTV) y de electricidad (EDC). El Estado también tomó el control de la industria petrolera, el corazón de la economía que aporta el 90% de las exportaciones. Todos los contratos de extracción de crudo fueron reformulados bajo la figura de "empresas mixtas", donde la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) contaría con un 60% de las acciones. Los gigantes estadounidenses Exxon Mobile y Conoco Phillips abandonaron acto seguido sus negocios en Venezuela.
En la escena internacional, Chávez se convirtió en la enfermera de su aliado y amigo cubano Fidel Castro. Los recelos sobre el hermanamiento de estos dos países, conocido coloquialmente como "Venecuba", se multiplicaron después de unas explosivas declaraciones de Chávez en La Habana: "Cuba y Venezuela son en realidad una sola nación, con un solo Gobierno". El presidente venezolano también acaparó todas las miradas durante la última Cumbre Iberoamericana, durante la cual el Rey Juan Carlos I le mandó callar. Y se metió de lleno, con el visto bueno del presidente Álvaro Uribe, en el conflicto colombiano y ejerció de mediador para que las FARC liberaran a cerca de 45 prisioneros.
En plena construcción del socialismo del siglo XXI, Chávez ejecutó la medida más impopular en sus nueve años de Gobierno: el cierre del único canal opositor con cobertura nacional, Radio Caracas TV. El apagón de esta cadena con más de 50 años en el aire, provocó el resurgimiento del movimiento estudiantil venezolano, que despertó a la perezosa y desunida oposición.
Seis meses después, Chávez cosechó su primera derrota electoral en un reñido referéndum. Pero anunció que buscará otras vías para realizar los cambios contemplados en el proyecto socialista rechazado. El uso de estos poderes especiales para legislar por decreto y promover una nueva reforma constitucional "más simplificada" mediante la recolección de firmas dominará el debate público en 2008.
. El apagón de esta cadena con más de 50 años en el aire, provocó el resurgimiento del movimiento estudiantil venezolano, que despertó a la perezosa y desunida oposición.Seis meses después, Chávez cosechó su primera derrota electoral en un reñido referéndum. Pero anunció que buscará otras vías para realizar los cambios contemplados en el proyecto socialista rechazado. El uso de estos poderes especiales para legislar por decreto y promover una nueva reforma constitucional "más simplificada" mediante la recolección de firmas dominará el debate público en 2008.