Como estaba anunciado y previsto, el candidato del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, fracasó nuevamente en su intento de formar gobierno. Rajoy perdió tanto en la primera como en la segunda votación de investidura, cuando la mayor parte de la Cámara (180 votos) se inclinó en su contra. Es la primera vez que esto ocurre desde la restauración de la democracia en España.
La inédita situación de bloqueo político que impide elegir presidente del Gobierno luego de dos elecciones populares ha generado un escenario de parálisis institucional. España lleva más de ocho meses sin gobierno (con solo un Ejecutivo del PP en limitadas funciones) y no parece haber cauce de solución en el corto plazo. De todos modos ya corre la cuenta regresiva hasta el 31 de octubre. Si hasta entonces no hay gobierno, se convocarán a terceras elecciones para el 25 de diciembre, en Navidad.
Claro que nadie quiere ir nuevamente a las urnas como resultado del fracaso de los partidos políticos para lograr una mayoría de gobierno o al menos una solución de investidura, pero el bloqueo persiste. Incluso el cuestionado pacto entre el PP y Ciudadanos, de Albert Rivera, que les permitió sumar 170 diputados (insuficientes frente a la mayoría requerida de 176 votos), fue puesto en la congeladora por Rivera, quien exigió “un candidato viable”, es decir, adiós Rajoy. La propuesta irritó al PP.
¿Cuáles son las opciones de cara a octubre? En su más reciente alocución, Rajoy fue enfático al señalar que no renuncia a su pretensión de ser presidente.
“Quiero volver a ser candidato”, sostuvo. El problema es que no tiene con qué: el líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha ratificado su negativa rotunda a viabilizar, con su apoyo o su abstención, la investidura del jefe del PP. Los Populares insisten en que Rajoy es el candidato más votado. “Pero también el más vetado”, le replican los Socialistas.
Con un Rajoy fracasado, Sánchez planteó la opción de un “gobierno del cambio”, para lo cual convocará a los líderes de Ciudadanos y de Unidos Podemos para discutirlo. Su plataforma de partida es muy simple: evitar terceras elecciones y, lo más importante, enterrar al gobierno del PP. Esta propuesta, que parece interesante, enfrenta como obstáculo la irresoluble brecha entre Rivera y el líder de Podemos, Pablo Iglesias. Este último demanda a Sánchez un gobierno sin Ciudadanos y con los independentistas.
Se habla también de que la salida a la crisis pasa por un candidato independiente, que deje fuera del escenario político tanto a Rajoy como a Sánchez.
Ninguno de ellos ha dado señales en ese sentido. Habrá que ver cómo inciden las presiones del tiempo y, sobre todo, de los poderes fácticos, que avizoran un horizonte de crisis no solo política, sino económica. El reto está servido: nadie quiere terceras elecciones en España, pero hasta ahora ninguno da pasos para evitarlo. Es la España de Rajoy.