Las graves guerras que sacuden al mundo, junto a los serios desastres naturales y a inéditos cambios políticos en el planeta, no han impedido que se reúna en su sede central de Paris, como todos los años, la cuadragésima segunda Conferencia General de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), donde del 7 al 22 de noviembre se ha debatido una frondosa agenda entre representantes de los 194 Estados miembros.
La directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, saludó a los cientos de delegados, citando al mexicano Jaime Torres Bodet, que ocupó su mismo cargo hace 70 años (por cierto, fue el único latinoamericano elegido en ese nivel):
“Los hombres no pueden vivir sin lucha; pero la lucha que les debemos proponer es la lucha contra la miseria, la ignorancia, el odio, el miedo y la enfermedad: Es decir: la lucha para construir”.
Efectivamente, esa invocación cobra actualidad para impulsar actividades programáticas en los campos de competencia de la organización que se refuerza con el retorno a su seno de Estados Unidos, que durante la administración Trump la abandonó, dejando una importante deuda impaga por concepto de sus cotizaciones anuales. Esa suma contribuirá a continuar tareas tradicionales, tales como la preservación de sitios del patrimonio mundial, y a emprender otras que exigen frescos desafíos como los condicionamientos éticos que imponen las nuevas tecnologías, el cambio climático o la gobernanza de los océanos. Todo ello, en el marco de la educación para una cultura de la paz.
Cobra importancia la iniciativa de un Foro de la Juventud, donde exponentes generacionales tuvieron la ocasión de discutir sus inquietudes con mas de 30 ministros de la juventud del mundo, asistentes al evento. Otros encuentros paralelos incluyeron la acción por la igualdad de genero y la mesa redonda para “defender los derechos de inclusión de personas discapacitadas por medio de las ciencias sociales y humanas”
Se decidió también fortalecer el proyecto ya en ejecución en ocho reservas de la biósfera en la Amazonía, concretamente en Bolivia, Brasil, Ecuador y Perú, cubriendo 30 millones de hectáreas que albergan 1,3 millones de habitantes. Este emprendimiento en vigencia desde 2021 ha sostenido 41 iniciativas para regenerar los ecosistemas con apoyo de las comunidades locales.
Acontecimiento relevante fue la vigésima cuarta sesión de la Asamblea General de los Estados parte de la Convención para la protección del patrimonio mundial, cultural y natural (1972). En la lista de sitios escogidos con esa distinción, Bolivia figura con siete lugares: ciudad de Potosí; Misiones jesuitas de Chiquitos; casco histórico de Sucre; Fuerte de Samaipata; Tiwanaku: centro espiritual y político de la cultura tiwanakota; parque nacional Noel Kempff Mercado; y Qhapac Ñan: red caminera andina.
La UNESCO, desde hace unos años, ha instituido en su digesto programático la “prioridad África” para favorecer el adelanto de esa región y en ese contexto, esta vez impulsará un proyecto para promover la “historia de la liberación en África austral” con la cooperación de varios jefes de Estado africanos, incluyendo excombatientes en las luchas por la independencia.
Finalmente, se eligió el nuevo Consejo Ejecutivo, que constituido por 58 Estados miembros, cuenta con cuatro latinoamericanos para el periodo 2023-2025, que serán: Brasil, Cuba, República Dominicana y Argentina.
Carlos Antonio Carrasco es doctor en Ciencias Políticas y miembro de la Academia de Ciencias de Ultramar de Francia.