“El Papa es el representante del maligno en la Tierra”, chilló un desgreñado y agitador candidato presidencial Javier Milei. Profirió más: “Él impulsa el comunismo. Es un impresentable que está en Roma. Este tipo promueve un sistema que es una porquería”, continuó, prorrumpiendo a una rubia periodista en septiembre. Pero, cuando el papa Francisco le llamó felicitándole por su triunfo en la segunda vuelta, el bravucón terminó invitándole para 2024: derretido y lambón.
Milei tachó de casta a sus principales contendores electorales. Quizá se refería a los Fernández. Su lucha contra esa casta ocultó a una antigua élite voraz de pedinches. Veamos.
El actor más importante de la transición de gobierno fue el ahora ministro del Interior, Guillermo Francos (73). El irreverente Milei criticó al Papa por apoyar a los “dictadores” Maduro y Castro, pues Francos sí sirvió a los dictadores militares Roberto Levingston y Alejandro Lanusse, entre 1970 y 1973; exfuncionario de otro dictador, Rafael Videla, fue también servidor de Raúl Alfonsín. Apoyó a Carlos Menem. Francos fundó el partido Acción por la República con Domingo Cavallo. ¿Cuál lucha contra una casta?
Patricia Bullrich (67) formó parte también del equipo transitorio. Bullrich es ministra de Seguridad y tuvo el mismo cargo con el gobierno de Mauricio Macri. Perdió en la primera vuelta presidencial de 2023. Atravesó de la militancia con el grupo armado Montoneros a servir a Menem. De Menem a Fernando de la Rúa y continuó con Macri. Tiene ascendencia gallega, alemana, francesa e irlandesa. Proviene de familias ligadas al poder de la administración pública.
Rodolfo Barra (75), otro hombre del equipo. Es exministro de Justicia de Menem y exministro de la Corte Suprema. Como procurador del Tesoro, dirigirá al cuerpo de abogados del Estado, brindará el asesoramiento jurídico y representará y defenderá al Estado en los juicios. El editorial de Página12 lo define como el especialista en privatizaciones y un hombre del Opus Dei.
Joaquín Cottani dirige la Secretaría de Política Económica. Es exsubsecretario de Financiamiento de Domingo Cavallo, exministro de Economía de Menem y exministro de Finanzas de Macri. Un tecnócrata formado en la Yale University. Armó el Plan de Brady en 1989, que fracasó por completo en su magia salvadora a la crisis nacional. Cottani y sus secuaces cachancanes otorgaron el nombre de dicho plan al apellido del entonces secretario del Tesoro norteamericano, Nicholas Brady.
Seguro que existen otros operadores de Milei con mayor vínculo a dictaduras militares y gobiernos que sucumbieron en la peor crisis económica. El economista y columnista Raúl Dellatorre prefiere no caracterizar, al gabinete de Milei, de «macristas» o «cavallistas». “Sería minimizarlos al rol que van a cumplir. Son integrantes del sistema de poder financiero mundial desde siempre”, afirma Dellatorre.
“¿Quién es nuestro verdadero enemigo? Nuestro enemigo es el Estado. El Estado es el pedófilo en el jardín de infantes con los nenes encadenados y bañados en vaselina”, declaró Milei. Por eso privatizará todo lo estatal, tampoco dolarizará a la economía.
El ministro Luis Caputo entregó el Ministerio de Economía a sus socios de la consultora Anker Latinoamérica SA. Consiguió que Santiago Bausili sea designado presidente del Banco Central. Logró que tres socios economistas, Martín Vauthier, Federico Furiase y Felipe Berón, lo acompañen en el ministerio. Anker, según la periodista Estefanía Pozzo, el 30 de noviembre comunicó a los clientes que la consultora suspendía sus actividades. Migraron los tecnócratas ocupantes: privatizadores seriales.
(*) Wilbert Villca López es sociólogo