Cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1992, para crear conciencia sobre la importancia de cuidar los recursos hídricos del planeta. La celebración de este día apoya la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6, que pretende garantizar que toda la población mundial tenga acceso a agua potable y a un saneamiento adecuado para 2030. A pesar de que el agua es un derecho humano, alrededor de 2.000 millones de personas (26% de la población mundial) carecen de acceso a servicios de agua potable gestionados de forma segura (ONU-Agua, 2021), por lo que es importante encontrar un equilibrio entre el agua que necesita la sociedad, la economía y el medio ambiente.
Recordemos que el agua es un elemento indispensable para la vida, un bien considerado como oro líquido del planeta, donde aproximadamente el 97% de toda el agua se encuentra en mares y océanos, pero es salada. Solo el 3% restante es agua dulce, de ese 3% el 80% se encuentra en los casquetes polares y glaciares, el 19% en aguas subterráneas y el 1% se halla en ríos, lagos y humedales, disponible para consumo humano. La importancia del agua y sus funciones en el planeta es crucial para la vida de todos los seres vivos. Sin embargo, hoy en día el ciclo hidrológico natural se encuentra gravemente amenazado debido a la contaminación, el calentamiento global, la deforestación, el cambio de uso de suelo de bosque a cultivo, entre otros factores. Ante un constante aumento de la población mundial y la creciente demanda de agua para la agricultura y la industria, se pone en peligro la seguridad hídrica de las ciudades y las comunidades.
La escasez del agua es un problema que afecta cada vez a más personas. Por ejemplo, en Bolivia, entre 2010 y 2023 la superficie de agua se redujo en promedio 112.300 hectáreas (-7%), según datos de MapBiomas Agua (amazonia.mapbiomas.org). Por otro lado, aparentemente la brecha de fenómenos adversos cada vez es menor, experimentando en 2023 una de las peores sequías de los últimos años, afectando a más de 487.000 familias en siete de los nueve departamentos. Los primeros meses de 2024 varios municipios del país tuvieron intensas lluvias que superaron los registros históricos, ocasionando graves inundaciones en cuatro departamentos.
Proteger el agua es tarea de todos, para ello debemos tomar conciencia del impacto directo e indirecto de nuestras actividades cotidianas. Es alarmante que Bolivia sea el tercer país con la mayor huella hídrica del mundo con 9.500 litros de agua por persona al día, de los cuales menos del 5% corresponden al consumo directo, y el restante representa la denominada huella hídrica virtual. Es imprescindible que se implementen herramientas normativas que impulsen la gestión eficiente de los recursos hídricos desde todos los niveles y escalas, y en nuestro día a día tomemos conciencia e informémonos sobre nuestra huella hídrica para contribuir en la gestión sostenible de este recurso limitado.
(*) Yoshelin Varon es técnico SIG MapBiomas Agua de la FAN